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miércoles, 29 de enero de 2014

Basílica de Nuestra Señora de Atocha 22 de Enero de 2.014


Hoy guiaremos nuestros pasos a la Basílica de Nuestra Señora de Atocha.

Proyecto original de Fernando Arbós y Tremanti para la Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha, el campanil y el Panteón de Hombres Ilustres.


La Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha se encuentra en la ciudad de Madrid, España, en la Avenida de la Ciudad de Barcelona, número 1.


Es una de las seis basílicas que existen en Madrid, junto con la Basílica de Jesús de Medinaceli, la de San Francisco el Grande, la Basílica Pontificia de San Miguel, la Basílica Hispanoamericana de Nuestra Señora de la Merced, y la Basílica de la Milagrosa.


Está situada sobre el antiguo convento de la Orden de Predicadores de Nuestra Señora de Atocha, que albergaba a su vez la primitiva ermita-santuario que daba culto a la Virgen de Atocha. En la actualidad, además de basílica, es parroquia con el título de Nuestra Señora de Atocha desde1965 y convento de los dominicos, que gestionan también un colegio anejo que construyó Patrimonio Nacional en 1963.


La Virgen de Atocha es considerada tradicionalmente la patrona de la realeza española, por lo que durante su historia ha estado muy unida a los acontecimientos de la monarquía.


Nuestra documentalista pasa a informar a los compañer@s sobre ésta visita















HISTORIA

La primera referencia escrita a la Virgen de Atocha se remonta al siglo VII, según constaba en un carta de la Catedral de Toledo en donde San Ildefonso hacía alusión a la misma situándola en la vega de Madrid, extramuros, afirmando su devoción a la imagen.

La Virgen de Atocha sobre el escudo de la Villa, grabado de la obraTeatro de las grandezas de la villa de Madrid, siglo XVII.
La leyenda de Álvarez de Baena dice que por los años 720 se llevó a cabo una hazaña guerrera por el caballero madrileño don Gracián Ramírez, que algunos autores llamaban Alcalde y que era especialmente devoto de la Virgen de Atocha en su santuario, que fue respetado por establecerse en las capitulaciones de Madrid. Al desaparecer un día la imagen, empezaron a buscarla hasta que la encontraron escondida entre la hierba tocha. Entonces, con ayuda de otros vecinos decidieron reedificar la ermita con mejores materiales.
Los moros creyeron que estaban construyendo en su lugar un fuerte y quisieron acabar de una vez por todas con aquellos cristianos. Al ver que tenía que luchar en inferioridad de condiciones y temiendo por los ultrajes que pudieran hacer a su mujer e hijas, y ante sus ruegos, las decapitó llevando sus cuerpos a la ermita. A partir de esos momentos lucharon con tal denuedo que vencieron al enemigo, volviendo entonces a dar gracias a la Virgen por la victoria, pero cual fue su sorpresa cuando se encontró a su mujer e hijas vivas por milagro de Nuestra Señora de Atocha. Esta leyenda fue posteriormente recordada por Lope de Vega, Rojas Zorrilla y Hartzenbusch.

No hay otra mención escrita hasta el siglo XI en donde se dice de la existencia de una diminuta capilla. Es a partir de 1083 cuando el templo empezará a crecer y a enriquecerse al ser conquistada Madrid por el rey Alfonso VI de Castilla. En el Fuero de Madrid se afirma que con las posesiones que se tenían se podían atender el sustento de varios capellanes encargados del culto en el prado de Tocha.



En el año 1150, se tiene constancia de la ermita de Atocha a través de don Juan, arzobispo de Toledo de donde dependía eclesiásticamente. Se nombran canónigos para la iglesia de santa Leocadia, anexionando varias propiedades a la misma, entre ellas, la iglesia de Santa María de Atocha, que ante la cada vez mayor presencia de fieles obliga a construir un templo mayor, pero sin tocar para nada la ermita.

No es hasta el siglo XVI y ante el estado ruinoso de la ermita cuando fray Juan Hurtado de Mendoza, confesor de Carlos V, decide reformarla para convertirla en una gran iglesia y aprovecha para reconvertir también las casas de los canónigos de Santa Leocadia de Toledo en un convento de dominicos, que serán los encargados del Santuario, según concesión del papa Adriano VI de 11 de julio de 1523.

Felipe II tenía gran devoción por la Virgen de Atocha y la llamaba Patrona de Madrid y también de todos los Reinos. Cuando iba a combatir, visitaba previamente el santuario, lo mismo que cuando venía de ganar una batalla en señal de agradecimiento. Dicen las crónicas que al tener noticias en Madrid de que el rey estaba enfermo en Extremadura debido a una epidemia de catarro, temiendo por su vida, se decidió sacar a la Virgen en procesión el 25 de marzo de 1580, obteniendo el rey una gran mejoría. Felipe II mandó edificar la capilla mayor.
Felipe III puso bajo su patronato real la iglesia y convento de Atocha, por cédula de 10 de noviembre de 1602

La imagen de Nuestra Señora de Atocha, en el altar mayor de la Basílica.
Felipe IV, gran devoto de la Virgen, proclamó protectora de la Familia Real y de la Monarquía española a Nuestra Señora de Atocha en 1643. Durante su reinado, el 14 de agosto de 1652, se quemó la iglesia primitiva, por lo que ordenó restaurarla por completo. Su sucesor Carlos II encomendó la decoración pictórica del interior aLucas Jordán.Durante el reinado de la Casa de Borbón se continuaron las donaciones y mejoras del complejo, hasta llegar la noche del 5 de diciembre de 1808 en que entraron lastropas francesas, expulsando a los religiosos y convirtiéndolo en cuartel, produciéndose robos y destrucciones de innumerables obras de arte.

Una vez pasada la invasión francesa, los dominicos vuelven al convento hasta que se produce su exclaustración en 1834, lo que provocó grandes daños a la iglesia, convirtiéndose el convento en cuartel de inválidos y la iglesia en parroquia castrense.

El 12 de noviembre de 1863, el papa Pío IX la convierte en Basílica menor, siendo la primera de este rango en la ciudad de Madrid.

En 1888, la reina regente María Cristina, viuda de Alfonso XII, al ver el estado en que se encontraban los edificios mandó el derribo de los mismos y ordenó la construcción de otro complejo en donde se incluiría, adosado al templo, un Panteón de Hombres Ilustres. El concurso público lo ganó el arquitecto Fernando Arbós y Tremanti, proyectando una basílica en estilo neobizantino, con un campanile exento y un panteón inspirado en el Camposanto de Pisa. Las obras comenzaron en1891, pero por problemas económicos sólo se llevó a cabo el campanile y el panteón.

No fue hasta 1924 en que los dominicos, ante la total paralización de las obras, pidieron al rey Alfonso XIII que les facilitase medios para restaurar el convento y la iglesia. Les cedió entonces la propiedad y nuevos terrenos y los frailes prosiguieron las obras por su cuenta, pero sin seguir el proyecto inicial de Fernando Arbós y Tremanti.

El 20 de julio de 1936, durante la Guerra Civil, convento e iglesia fueron incendiados, perdiéndose todas las obras de arte excepto la imagen de la Virgen de Atocha que se había ocultado previamente.

En la Navidad de 1951 se inauguró la nueva iglesia, de líneas escurialenses, construida en ladrillo, teniendo unas medidas de 52 X 34 m. en la base y una altura de la nave central que alcanza los 13,25 m. Las vidrieras recuerdan al estilo Románico y representan los misterios del Rosario.




La Imagen de la Virgen

La imagen de Nuestra Señora de Atocha es una escultura de pequeño tamaño, en madera sin policromar, de estilo tardorrománico, pudiéndose fechar entre los siglos XIII-XIV. Representa a María sedente en un trono bajo, con el Niño sobre su rodilla izquierda y una manzana en la diestra. La figura de Jesús bendice a la vez que sostiene un libro. A lo largo de la historia, la devoción y agradecimiento de las gentes, hicieron que la imagen se enriqueciera con joyas y diversos ornamentos, variando su fisonomía; así, en pinturas y fotografías antiguas se ve a la imagen con rostrillo, coronas metálicas, mantos y mucha mayor altura, como si fuese una imagen de vestir.1


La reina Isabel II atribuyó el haber salido ilesa de un atentado contra su vida a un milagro de la Virgen, y regaló a la imagen dos coronas cuajadas de brillantes y topacios, con un rostrillo a juego, junto con el manto real de terciopelo y armiño bordado en oro. Estas joyas se custodian habitualmente en el Palacio Real de Madrid y se exhiben excepcionalmente en grandes ocasiones.















Algunos acontecimientos. 

Andrés Smidt: Santo Domingo y san Francisco ante la Virgen de Atocha. Museo Lázaro Galdiano, Madrid.


Es uno de los lugares más históricos de la ciudad de Madrid, según diferentes leyendas y tradiciones. Ha sido lugar de paso y de veneración por la mayoría de los reyes de España y diferentes personajes históricos como fray Bartolomé de las Casas, que residió en el convento dominico y fue enterrado en el mismo.

El rey Felipe V de España bautizó en la iglesia de Nuestra Señora de Atocha a su primogénito, el futuro Luis I en 1707.

En la Basílica tuvieron lugar matrimonios regios como el de Alfonso XII con su prima María de las Mercedes de Orleans, el 23 de enero de 1878 o el posterior matrimonio del rey viudo, el 29 de noviembre de 1879 en segundas nupcias con María Cristina de Habsburgo-Lorena.

Asimismo, el día del matrimonio del príncipe Felipe de Borbón y Grecia con Letizia Ortiz, el 22 de mayo de 2004, los recién casados acudieron desde laCatedral de la Almudena, donde tuvo lugar la ceremonia, a la Basílica para depositar el ramo de novia ante la Virgen de Atocha.

Existe una tradición en la Familia Real española de que las reinas y princesas de Asturias acudan a la Basílica a presentar a los príncipes e infantes ante la Virgen, unos cuarenta días después del parto. Este rito fue realizado por la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena para presentar a su hijo, futuroAlfonso XIII cuando tenía 45 días y también por el rey Juan Carlos I y Sofía de Grecia para sus hijos Felipe, Elena y Cristina; lo mismo que el príncipe Felipe y la princesa Letizia lo hicieron con sus hijas, las infantas Leonor y Sofía.

Fuente: Wikipedia




Nos dirigimos al Panteón de Hombres Ilustres, aunque previamente disfrutaremos un poquito más de los exteriores de la Basílica.




Creo que alguien nos espía



Momento de esparcimiento personal




Ahora sí, vamos para el Panteón





Mala suerte, Cerrado por Obras.
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Pero nuestra documentalista nos desfallece y continua con su labor



PANTEON DE HOMBRES ILUSTRES

El Panteón de Hombres Ilustres de Madrid (España), es un edificio de estilo neobizantino obra del arquitecto Fernando Arbós y Tremanti. Aunque en la actualidad sólo reposan en él los restos mortales del que fuera presidente del consejo de ministros, José Canalejas, los monumentos funerarios que alberga son una interesante muestra de la obra de los mejores escultores españoles de la época.

Se encuentra ubicado en el barrio de Pacífico (distrito de Retiro), entre la calle de Julián Gayarre, por la que tiene su entrada, y el paseo de la Reina Cristina, junto a la Basílica de Nuestra Señora de Atocha.






El primer panteón

Basílica de San Francisco el Grande.
El 6 de noviembre de 1837 las Cortes Generales votaron el proyecto para convertir la iglesia de San Francisco el Grande en Panteón Nacional de Hombres Ilustres, que acogería los restos mortales de los personajes considerados de especial relevancia en la historia de España, los cuales serían elegidos por las Cortes pasados cincuenta años de su fallecimiento. Cuatro años después, en 1841, la Real Academia de la Historia fue encargada de proponer una primera lista de personajes que debía albergar el panteón, pero no fue hasta el 31 de mayo de 1869 cuando se nombró una comisión a la que se dio un mes para localizar los restos. Esta comisión estaba integrada porFernández de los Ríos, Salustiano Olózaga, Fermín Caballero, Hartzenbusch, Ruiz Aguilera, Silvela, Estanislao Figueras, Pere Borrell y Antonio Gisbert.


No pudieron ser hallados, y se dieron por perdidos, los restos de Cervantes, Lope de Vega, Luis Vives, Antonio Pérez, Juan de Herrera, Velázquez, Jorge Juan, Claudio Coello, Tirso de Molina, Juan de Mariana y Moreto. Finalmente, el 20 de junio de 1869, se inauguró el panteón. Formando una comitiva de cinco kilómetros, desfilaron las carrozas fúnebres acompañadas por bandas de música, unidades del Ejército y de la Guardia Civil, estudiantes, religiosos, políticos e intelectuales. Se dispararon cien cañonazos y al entrar los restos en la basílica se encendieron tres grandes lámparas.

Los restos que acogió este primer panteón fueron los de los poetas Juan de Mena, Garcilaso de la Vega y Alonso de Ercilla; los militares Gonzalo Fernández de Córdoba (elGran Capitán) y Federico Gravina; el humanista Ambrosio de Morales; el Justicia Mayor de Aragón Juan de Lanuza; los escritores Francisco de Quevedo y Pedro Calderón de la Barca; el político Zenón de Somodevilla y Bengoechea (Marqués de la Ensenada) y los arquitectos Ventura Rodríguez y Juan de Villanueva.

Los restos fueron depositados en una capilla y años después devueltos a sus lugares de origen, con lo que se cerró por un tiempo la idea de crear un panteón nacional.

El panteón actual


Proyecto original de Fernando Arbós y Tremanti para la Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha y el Panteón de Hombres Ilustres.
Tras la Guerra de la Independencia, el convento de Nuestra Señora de Atocha, que había sido ocupado por las tropas francesas en 1808, quedó muy deteriorado. No obstante, los dominicos volvieron a ocuparlo hasta ser exclaustrados en 1834, fecha en que abandonaron definitivamente el edificio, ya prácticamente en ruinas. El convento pasó a ser cuartel de Inválidos, por lo que varios de sus directores fueron enterrados allí, entre ellos José de Palafox,Francisco Castaños, Manuel Gutiérrez de la Concha y Juan Prim, además del político Antonio de los Ríos Rosas.

Camposanto del Campo dei Miracoli de Pisa, en el que se inspira el proyecto de Arbós.
Debido a estos enterramientos ya existentes, la reina regente María Cristina, viuda del rey Alfonso XII, decidió que la basílica que se había de construir en sustitución de la antigua, tuviera anexo un panteón que diera acogida a estos restos. Se convocó un concurso público y en 1890 se eligió ganador el proyecto que, bajo el título Nigra sum sed fermosa, había presentado el arquitecto Fernando Arbós y Tremanti. El conjunto, de estilo neobizantino, incluía un campanile italiano, que albergó un reloj de cuatro esferas y tres campanas, y el panteón, que tenía carácter de claustro de la basílica y se inspiraba en el camposanto del Campo dei Miracolide la ciudad italiana de Pisa. El proyecto era muy ambicioso pues la basílica estaba destinada a ser el templo de la Corte y sede de las ceremonias religiosas reales.

En 1891 se comenzó a construir el proyecto, del que a la postre sólo se alzarían el panteón y el campanile. El panteón se erigió entre 1892 y 1899, dándose las obras por concluidas en este último año por lo elevado de su coste. El claustro/panteón es de planta cuadrada, con tres galerías con arcadas y vidrieras y dos cúpulas semiesféricas en las esquinas. Sobre la puerta de entrada hay un frontón. En el interior hay un pequeño jardín donde se ubica el mausoleo conjunto. Las galerías tienen cada una una puerta central por la que se puede acceder al jardín. Todo el conjunto está rodeado por una verja de hierro.


En 1901 se trasladaron a él los restos de Palafox, Castaños, Concha, Prim y Ríos Rosas. Los restos de Palafox fueron trasladados en 1958 a la Basílica del Pilar de Zaragoza y los de Castaños a la Iglesia Parroquial de la Encarnación de Bailén en 1963.


En años posteriores recibieron sepultura en el nuevo emplazamiento los restos de los políticos Francisco Martínez de la Rosa, Diego Muñoz-Torrero, Juan Álvarez Mendizábal, José María Calatrava,Salustiano Olózaga, Agustín Argüelles, Antonio Cánovas del Castillo, Práxedes Mateo Sagasta, Eduardo Dato y José Canalejas. Salvo los de éste último, los restos de los demás ya no reposan en el panteón, ya que fueron reclamados por diversas ciudades.

En 1924, sin seguir el proyecto original de Arbós, se comenzó la construcción de la nueva iglesia de los dominicos, para lo cual el rey Alfonso XIII cedió los terrenos necesarios, encomendando a la comunidad el cuidado del campanile y del panteón, hoy en día pertenecientes a Patrimonio Nacional. Entre los años treinta y finales de los ochenta, el panteón estuvo en estado de abandono. En 1970, en el terreno que quedaba libre entre ambos elementos, se construyó el colegio Nuestra Señora de Atocha, dejando aislado el campanile, que ya no es accesible. A finales de los ochenta, Patrimonio Nacionalprocedió a la restauración y apertura al público del panteón, y en 2003 se restauraron los mosaicos interiores. Los arquitectos Álvaro Siza y Juan Miguel Hernández de León, dentro de su plan Trajineros de remodelación del eje Prado-Recoletos, que todavía no ha comenzado a llevarse a cabo (julio de 2007), propusieron demoler el colegio para dar mayor visibilidad al panteón.

Monumentos funerarios


Canalejas.

Dato.

Concha.

Ríos Rosas.

Mausoleo Conjunto.

Cánovas.

Sagasta.
José Canalejas, obra de Mariano Benlliure. Sobre una base de mármol blanco, dos hombres y una mujer, esculpidos en el mismo material, trasladan el cuerpo del político asesinado hacia su sepulcro, de manera similar a como en algunas obras se representa el traslado de Cristo, cuya figura aparece con los brazos abiertos recibiendo el cadáver. En la parte trasera, bajo una cruz, dos guirnaldas con hojas de laurel y encina, símbolo de la inmortalidad.

Manuel Gutiérrez de la Concha, marqués del Duero, de Arturo Mélida y Alinari y Elías Martín. El sepulcro, mural, semeja un retablo, con un arco bajo el cual aparece Marte, el dios de la guerra, que, con casco y actitud meditabunda, sostiene un clípeo o medallón con el busto en relieve de Gutiérrez de la Concha; el arcosolio inferior aparece velado o protegido por un león, símbolo de la inmortalidad. El sepulcro es obra de Mélida y la estatua del dios de Martín. Originalmente ubicado en la antigua basílica, fue trasladado al panteón en 1902.

Práxedes Mateo Sagasta (1904), de Mariano Benlliure. Realizado en mármol, el cuerpo yacente del político, con el toisón de oro, tiene en su cabecera a la Historia, representada por una joven que cierra un libro. A los pies un obrero, símbolo del pueblo, descansa apoyado sobre los Evangelios, como símbolo de la verdad. Lleva en la mano derecha una espada con la Justicia esculpida en la empuñadura y una rama de olivo, símbolo de la paz, sobre la hoja.

Eduardo Dato, de Mariano Benlliure, en mármol y bronce. Una mujer de luto alza una cruz sobre la efigie yacente del político, mientras a los pies de éste dos amorcillos flanquean el escudo de España.Antonio de los Ríos Rosas (1905), obra de Pedro Estany. Otro sepulcro mural, tipo retablo. Sobre una base de mármol, el sarcófago en bronce del difunto, a cuya efigie, esculpida algo más arriba, un genio alado ofrece una rama de laurel. Una mujer llora abrazada al féretro.

Antonio Cánovas del Castillo (1906), de Agustí Querol. También es de tipo retablo y todo de mármol blanco. Cánovas reposa sobre un sarcófago en cuyo frente aparecen una joven abrazada y seis virtudes: Templanza, Sabiduría, Justicia, Elocuencia, Prudencia y Constancia. Sobre el fondo están representados Cristo resucitado y la Patria, la Historia y el Arte lloran la muerte del político. Mide 8 m de ancho, 7 de alto y 2'78 de fondo.

Mausoleo Conjunto (1857, trasladado al jardín del panteón en 1912), de Federico Aparici, Ponciano Ponzano y Sabino Medina. Denominado Monumento a la Libertad, está formado por un cuerpo cilíndrico cubierto por un tejado cónico, rematado por una alegoría de la Libertad esculpida por Ponzano. Tres estatuas de Medina, representando la Pureza, el Gobierno y la Reforma, se apoyan sobre los sarcófagos de Mendizábal, Argüelles y Calatrava, para cuyos restos estaba destinado el monumento, aunque luego acogió también los de Muñoz Torrero, Martínez de la Rosa y Olózaga. Fue inaugurado, por suscripción popular, el 20 de febrero de 1857 en el desaparecido cementerio de San Nicolás y trasladado al panteón en 1912.

Fuente: Wikipedia