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viernes, 29 de noviembre de 2013

Día 20 de Noviembre de 2.013


Hospital Beata María Ana



El actual Hospital Beata María Ana procede del Hospital-Asilo del mismo nombre, fundado en 1888, con objeto de amparar y educar a niñas huérfanas pobres.
  
Inicia su actividad en la calle Atocha 142, cambiando su domicilio primero a la calle Méndez Álvaro, posteriormente a la calle Cansares y más tarde a la calle Cabeza, para finalmente trasladarse en 1928 a los amplios pabellones y jardines de la calle Doctor Esquerdo 83, siendo oficialmente inaugurado en 1929 por su Altezas Reales las Infantas Doña María Cristina,  Doña Beatriz de Borbón Batemberg, el Sr. Obispo de Madrid-Alcalá D. Leopoldo Eijo Garay y Sor Verónica de Jesús, por aquel entonces Superiora General de la Congregación.
     

Es entonces cuando comienza la asistencia curativa de niñas lisiadas, escrofulosas y raquíticas pobres. En 1930 se abre un dispensario médico gratuito con diversas especialidades: medicina interna, pediatría, cirugía general, traumatología, oftalmología, otorrinolanringología, endocrinología, reumatología y dermatología.

Actualmente el Hospital Beata María Ana es un centro médico-quirúrgico de confesionalidad católica y sin ánimo de lucro, desarrollando su actividad en el ámbito de las distintas especialidades médicas. En 2010 culmina tras varios años, un ambicioso plan director que remodela completamente el centro desde el punto de vista arquitectónico aunando el estilo histórico con las más modernas instalaciones.












HOSPITAL GENERAL UNIVERSITARIO GREGORIO MARAÑON

El Hospital General de Madrid nació de la reunión de hospitales de la Villa y Corte, solicitada por las Cortes de Castilla y tramitada por Felipe II ante el papa Pío V, quién la autorizó en bula de 27 de abril de 1567. La reducción de los hospitales la decretó el Cardenal-Arzobispo de Toledo, don Gaspar de Quiroga, el 31 de enero de 1587; a partir de esa fecha se prohibió que ostentasen sus nombres anteriores los hospitales suprimidos que, desde ese momento, aparecerían reflejados como agregados. Con todo, el proceso de reunión nunca llegó a completarse.
El Hospital General de Madrid, tras una breve permanencia en el que fuera hospital de convalecientes, se ubicó en unos locales situados en la confluencia del paseo del Prado con la carrera de San Jerónimo; las mujeres quedaron en el llamado hospital de la Pasión. Felipe II, en aquellas fechas -6 de diciembre de 1589- dotó al Hospital de sus primeras Constituciones y, en 1597, le asignó los beneficios de las ventas de la Gramática de Nebrija. Benardino de Obregón fue el primer director.
A principios del siglo XVII, durante el reinado de Felipe III, el Hospital se trasladó de nuevo; esta vez, a un albergue de mendigos que se había edificado, por iniciativa del doctor don Cristóbal Pérez de Herrera, en el camino de Ntra. Sra. de Atocha. A finales del siglo, Carlos II estableció en el Hospital una plaza de Anatómico. En 1705 se redactan unas nuevas Constituciones e Institutos, que inauguran una centuria muy activa aunque de extrema penuria económica. Si bien de vida efímera, a mediados del siglo XVIII, poco después de la coronación de Fernando VI, se aprueba el primer Colegio de Cirugía de España, el Real Colegio de Cirujanos de San Fernando, del Hospital General. En esa época se aborda una reestructuración del Hospital; desde el lado administrativo, la llamada reforma Ceballos intentó su ordenación, a la vez que estudió unas nuevas Constituciones que serían luego aprobadas por Carlos III, en 1760 y revisadas veinte años después.


Arquitectónicamente, se decidió rehacer el vetusto caserón iniciado por Felipe II; Ventura Rodríguez, Hermosilla y, por fin, Sabatini, llevan a cabo el proyecto del nuevo edificio que se inauguró en agosto de 1781; en ese momento, el Hospital General disponía de 1561 camas. Ya en 1849, el Hospital General de Madrid, a raíz de la reforma administrativa que siguió a las Cortes de Cádiz de 1812, pasó a ser regido y administrado por la Diputación Provincial; se rebautizó como Hospital Provincial de Madrid.
En 1852 apareció el primer número de La Crónica de los Hospitales, periódico oficial -se titulaba- de la Facultad de Medicina, Cirugía y Farmacia del General de Madrid. En 1868, se creó la Escuela Teórico-Práctica de Medicina y Cirugía del Hospital Provincial, que vino a reemplazar la docencia práctica de la Facultad de Medicina de la Universidad Central; y, en 1887, se redacta un nuevo Reglamento, luego revisado entre 1924 y 1934, y reeditado con cambios sustanciales en varias ocasiones.


Acompañan esta historia: el Hospital de S. Juan de Dios (1552), la antigua Inclusa (1572), la Casa de Maternidad (1837), el Instituto Provincial de Puericultura (1929) -que aglutinaba la Inclusa, el Colegio de la Paz, el pabellón de la Moncloa y el asilo de San José- y el Hospital de la Beneficencia para enfermedades de los ojos (1879). Cada uno de ellos con sus particulares señas de identidad.
En julio de 1968 se inauguró, oficialmente, la nueva Ciudad Sanitaria Francisco Franco, levantada en la tierra del que fue hospital de San Juan de Dios, lejos del vetusto edificio de Atocha. Ciudad Sanitaria cuyo Reglamento incluía: Hospital Provincial o Instituto Médico-Quirúrgico, Instituto Provincial de Obstetricia Y Ginecología, Instituto Provincial de Puericultura, Instituto de Oncología Marquesa de Villaverde, Clínica Psiquiátrica, Hospital Psiquiátrico Alonso Vega, así como los que en el futuro puedan crearse, explicitaba el Reglamento.


Los años trascurridos hasta ahora han supuesto un período en el que se han sucedido varias reestructuraciones, administrativas y arquitectónicas. El Hospital ha recuperado su nombre original, el de General de Madrid; se apellida, Universitario -condición que siempre tuvo- Gregorio Marañón- uno de sus más eminentes profesionales-. En cualquier caso, cuatrocientos años de historia.
Fuente: Página Oficial del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.

Continuamos nuestra marcha hacia el Hospital Infantil perteneciente al mismo al mismo complejo








Vamos viendo ya el Hospital Santa Cristina, al que iremos después.




Seguimos en el complejo del Gregorio Marañón


Hospital Santa Cristina





Hospital Santa Cristina visto desde Doctor Esquerdo

Casa de las Abejas


Hospital Universitario Santa Cristina

El fin primordial que había de satisfacer es el de dar instrucción a las matronas, así en la asistencia a los partos como en los cuidados primeros que necesitan los recién nacidos; para ello es necesario que, al menos por algún tiempo, vivan las matronas en el edificio... Sobre estas bases se ha trazado el edificio, calculándose su capacidad sobre un promedio de mil partos anuales y doce matronas en pensión. 
Landecho organiza el edificio mediante cuatro pabellones formando cuadrilátero en torno a un patio central. Los núcleos de comunicación vertical ocupan los vértices y el centro de los pabellones de acceso y capilla. Presenta dos crujías: la exterior
alberga las diferentes dependencias, la otra a patio desarrolla las circulaciones. Desarrolla una separación funcional por plantas, por pabellones o conjuntamente según las necesidades. Las fachadas combinan piedra y ladrillo representando la pervivencia de las corrientes historicistas y medievalistas. En el periodo 1936-39 se construye un refugio subterráneo. Tras la Guerra Civil se acometen obras de reparación y a finales de esa década se eleva una cuarta planta sobre algunas zonas, acondicionándose parte del espacio bajocubierta del ala sur. Diversas obras de reforma y ampliación en las décadas de 1950 y 1970, y en 1982, nuevas obras de reforma interior para adecuación a las necesidades hospitalarias. 

En 1987 se transfiere al Insalud y en 1990 se realiza su estudio histórico y arquitectónico a fin de planificar su adaptación a nuevos requerimientos funcionales. En 1994 se inician obras de ampliación, sobre un solar situado al otro lado de Maestro Vives junto al Ambulatorio, y de reordenación del edificio original, conectándose ambos mediante una galería subterránea bajo la calle. 



OTRAS DENOMINACIONES:
Antiguas Escuela de Matronas y Casa de Salud Santa Cristina 

PERÍODO: S. XX 

RESUMEN HISTÓRICO ARQUITECTÓNICO:
Luis de Landecho , Jordán de Urríes : 1904 (P) 1904-1924 (O).
Reforma y ampliación : Luis López-Fando de Castro : 1994 (P) 1996-2001 (O). 

Fuente: Página Oficial del propio Hospital.








Parte Lateral de la Casa de la Moneda, frente al Hospital Universitario Santa Cristina 


FABRICA NACIONAL DE MONEDA Y TIMBRE

CASA DE LA MONEDA




La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre nace en 1893 con la fusión de dos organismos seculares: la Casa de la Moneda y la Fábrica del Sello. Ambas instituciones compartían desde 1861 el edificio de Colón, aunque eran independientes y tenían administraciones separadas.





Nosotros nos dirigimos a ver su Museo.



El Museo Casa de la Moneda está considerado como uno de los museos más importantes del mundo en su género. La riqueza de sus colecciones, sus extensas instalaciones y el apoyo técnico que el personal presta a investigadores y docentes, hacen del Museo un lugar único desde el que conocer el universo del dinero.


El Museo Casa de la Moneda invita al público a recorrer la historia del dinero desde sus orígenes, a través de las distintas formas de producción del mismo a lo largo de la historia.


Visitando sus salas pueden contemplarse importantes colecciones de numismática, filatelia y prefilatelia, billetes y otros medios de pago, lotería y juegos, biblioteca histórica, colección artística, maquinaria y útiles para la fabricación empleados por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda.






Y aquí, dado que no pudimos hacer fotografías, he bajado unos vídeos del propio Museo. En el supuesto de que no se pueda reproducir, he dejado como leyenda el enlace al vídeo (click en el mismo y se irá al lugar donde está en el Museo de la Moneda).


Empezamos con



Los Elementos



En Numismática, a la cara de las monedas la llamamos anverso y a la cruz reverso. Campo a la superficie de la moneda, donde el diseñador y los grabadores han ido colocando las letras y figuras. A menudo está limitado por una línea circular que se llama gráfila o grafila. Los motivos de las monedas islámicas suelen limitarse a inscripciones que cubren casi todo el campo y algún adorno.

Los metales

Los metales más empleados históricamente para la fabricación de moneda han sido el oro, la plata, el cobre y aleaciones. El valor de los metales depende del peso de cada pieza y del porcentaje de pureza de dicho metal, lo que se llama ley.

Los sistemas de fabricación


La acuñación consiste en poner un disco de metal entre dos troqueles que llevan moldeado el anverso y el reverso, y presionar el conjunto mediante un golpe fuerte. Es el método que utilizaron los inventores de la moneda y el que se utiliza todavía hoy. En los siglos XVI y XVII se fabricaron monedas con cuños cilíndricos que presionaban con gran fuerza una lámina de metal de la que luego se cortaban las piezas.


Otros métodos de fabricación, como la fundición de las piezas en moldes, se han usado muy poco porque su calidad es baja y no permite prevenir la falsificación.





Un mundo sin moneda



La primera zona del Museo, está dedicada a algunos de los objetos que han servido como dinero. Objetos cuyo valor es admitido por toda una comunidad y que en virtud de ello pueden ser cambiados por otros bienes. A estos objetos, se les suele llamar premoneda, pero no guardan necesariamente una relación temporal con la moneda metálica. Son simplemente modelos alternativos de patrones de intercambio que han tenido menos éxito y no han evolucionado, aunque algunos de ellos todavía se siguen usando.





Grecia



Como tantas otras cosas, la moneda parece que la inventaron los griegos. Fue un lento proceso de la utilización de los metales en bruto al uso de pequeñas piezas marcadas integradas dentro de una escala de valores. En la sala 1, junto a la reproducción de un taller de fabricación de moneda en aquellos tiempos, se nos habla de algunos de los primeros sistemas de peso, como el basado en la dracma.


Dediquemos unos minutos a los audiovisuales que se proyectan en la sala 2, y, al terminar, disfrutemos de lo mejor del arte monetario griego. No volverá a ver nada parecido en las salas dedicadas a monedas. Sólo algunas medallas pueden compararse con estas pequeñas esculturas de plata.


Roma e Hispania



Fue ya en tiempos de la República, cuando se comenzaron a fabricar monedas de bronce, primero de gran tamaño, pero que luego se fueron reduciendo y conformándose con diferentes pesos y valores. Recibieron el nombre de ases.También emitió la república romana algunas monedas de plata, primero a semejanza de las griegas. La moneda de plata que caracterizó a Roma fue el denario.


La moneda imperial romana consolida la costumbre, de retratar a la persona que ostenta el poder o simboliza al Estado. Con variantes y excepciones, perdurará hasta nuestros días. En los reversos conmemoran hechos históricos y, en forma de alegorías, la idea que los personajes tenían o querían dar de sí mismos.

En el centro de esta sala 3 podemos ver una maqueta de lo que fue la ciudad de Roma, dónde estaban sus edificios más conocidos y cómo algunos de ellos quedaron también inmortalizados en las monedas.


Hispania


Fenicios y griegos, llegaron a las costas de la península Ibérica a lo largo del primer milenio anterior a la era cristiana, estableciendo colonias permanentes en las costas. Estas ciudades realizaron las primeras acuñaciones en nuestro suelo, junto a las acuñaciones llamadas hispano-cartaginesas.


Durante el siglo III a.C. en la península Ibérica, algunas comunidades indígenas, iberas y celtíberas, comienzan a acuñar monedas de bronce y de plata con leyendas escritas en su propios alfabetos. Conforme avanzaba el proceso que se ha llamado romanización de la península, las ciudades tomaban las costumbres y leyes romanas e iban incorporando el alfabeto latino a sus acuñaciones.


Edad Media y Reinos Cristianos


Edad Media


El imperio romano de occidente, con el aporte de población de los pueblos de origen germánico fue cambiando poco a poco hasta que fue sustituido como entidad política por un mosaico de reinos germánicos, más o menos romanizados. El imperio bizantino continuó la tradición romana durante toda la Edad Media.


A partir del siglo VIII, y durante casi ochocientos años, el límite occidental entre el mundo cristiano y el islámico estuvo situado dentro de la península Ibérica. El Islam se había dotado recientemente de una moneda propia que recogía la herencia de la moneda de oro bizantina y la sasánida de plata. El hecho más llamativo es que son monedas sin imágenes.
Los estados islámicos peninsulares acuñaron moneda de oro (dinar), plata (dirham) y cobre (felús). En el siglo XI la zona musulmana, que durante el emirato y el califato había constituido un solo estado, se desmembró en varios de menor entidad, conocidos como taifas.


Se produjo luego la entrada de los almorávides, que más tarde serían sustituidos, en toda su zona de influencia, por los almohades. Los almorávides emitieron un prestigioso dinar de oro y una moneda de plata denominada quirate. Los almohades acuñaron dinares algo más pesados que los almorávides, que los cristianos conocían como doblas, y un dirham de plata de forma cuadrada.

Los Reinos Cristianos

Las monedas cristianas vuelven a tener representaciones iconográficas, pero suelen conceder bastante importancia a las leyendas o inscripciones. Regresa a la moneda el retrato de los gobernantes como símbolo del poder emisor, pero podemos ver también otro tipo de símbolos de este poder, como cruces, monogramas o composiciones heráldicas. A finales del siglo XI todos los estados cristianos peninsulares emitían ya sus propias monedas.


Edad Moderna

Se considera a la época de los Reyes Católicos como la que nos introdujo en la Edad Moderna. Con la dinastía de la Casa de Austria se inicia la acuñación del escudo de oro y de las grandes piezas de plata de ocho reales, seguidoras del patrón del thaler centroeuropeo.


Las piezas de ocho reales se acuñan en las cecas castellanas y americanas. Se llamaron ducatones y piastras en los territorios italianos, y thalers en los territorios alemanes, término que daría origen a la palabra dólar.


Dos maquetas ocupan el centro de la sala, en una de ellas se ha esquematizado la acuñación a molino. En la otra vemos el emplazamiento del llamado Ingenio de la Moneda, instalado en Segovia en tiempos de Felipe II para la fabricación de moneda mediante ese sistema importado desde el Tirol. Con esta técnica se acuñaron el centén y los cincuentines que vemos en las vitrinas bajo el rótulo Fabricación en Segovia.


Las Casas de Indias



A partir de 1535 se empezaron a instalar en América casas de moneda: México y Santo Domingo, y posteriormente Lima y Potosí, Santa Fe de Bogotá. La plata americana llegaba a España donde se acuñaba, en forma sobre todo, de reales de a ocho, moneda también conocida como peso y luego como duro.


Los tipos de las monedas fueron variados, destacando el escudo de la monarquía, el de Castilla y León y la composición simbólica integrada por las columnas de Hércules y el lema del emperador Carlos: PLVS VLTRA.


Así nació el famoso columnario, con la imagen de los dos hemisferios, todo sobre unas ondas que representan el mar, y un nuevo lema circular: VTRAQUE VNUM. En las colonias norteamericanas se les llamaba dólares. Los Estados Unidos independientes tomaron como modelo a los reales de a ocho mejicanos para la emisión de sus propios dólares, iniciada oficialmente en 1792.


Con la llegada de la dinastía borbónica se abrieron nuevas casas de moneda en Guatemala, Popayán y Santiago de Chile.


La información sobre las monedas de la América hispana se completa con un interesante audiovisual "La moneda indiana".



El Papel Moneda


Durante el reinado de Carlos III se fundó el Banco de San Carlos para responder de una emisión de deuda pública conocida como vales reales que es considerada como un antecedente del billete de banco, ya que circuló como dinero. El mismo Banco emitió las primeras series de cédulas, que ya eran verdaderos billetes, canjeables por moneda y sin devengar intereses.




El Siglo XIX



En la época de Isabel II se produjeron varios intentos de reforma, que conducirían primero al efímero sistema del escudo y, finalmente, a la instauración del sistema de la peseta por el Gobierno Provisional que sucedió a la derrocada reina a finales de 1868. Peseta era el nombre popular que se había dado en Cataluña a la pieza de dos reales de plata hacía más de un siglo, y que ahora se aplicaba a un valor de cuatro reales de vellón. También apareció la palabra duro en una pieza acuñada en Gerona en 1808.




La Casa de la Moneda de Madrid se trasladó a un nuevo edificio en el paseo de Recoletos, en la manzana que hoy ocupan los jardines del Descubrimiento. Este edificio albergó también a la Fábrica del Timbre y, tras varios años de trabajar juntas, ambas fábricas se fusionaron en 1893, dando origen a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, ya centenaria. Podemos ver en el centro de la sala una maqueta del edificio, y sobre un panel la lápida inaugural y las puertas de la Tesorería.

Si quiere que le contemos una breve historia de nuestra Fábrica, pase a la sala de proyección.




El Siglo XX



Con el siglo XX llegó a la Fábrica la electricidad: en 1927 se había culminado la adaptación de todos los procesos a la nueva fuente de energía.

La II República acuñó moneda de todas las denominaciones hasta 2 pesetas, pero casi todas tardíamente, algunas en plena guerra civil. Durante la contienda, en la zona republicana se realizaron acuñaciones a escala regional o local, e incluso circularon pseudomonedas de cartón con aprobación oficial.

Tras su victoria armada, el general Franco gobernó España hasta su muerte. La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre fue reorganizada para que procediera, no solo a la acuñación de moneda y a la impresión de sellos y papel timbrado, sino para que fuera la imprenta de los billetes emitidos por el Banco de España.

La efigie de Franco no aparecerá en las monedas hasta 1947, y solo se modificaría en 1966. Sin embargo, se acuñaron curiosidades numismáticas, como las piezas de 5 y 10 céntimos que imitaban los denarios ibéricos del jinete lancero, las de 25 y 50 céntimos con simbología marinera, o la acuñación en 1966 de piezas de cien pesetas en plata.


La moneda del reinado de Juan Carlos I fue uniforme durante los primeros años, aunque con reversos variados. En 1980, con ocasión del Campeonato del Mundo de Fútbol celebrado en España en 1982, se emitió una serie con reversos conmemorativos. Las siguientes emisiones vieron el regreso de la M coronada, que había sido la marca de la ceca de Madrid durante la dinastía borbónica hasta Isabel II. En 1990 se establece un sistema monetario basado en el orden creciente de los valores por criterios de tamaño, peso y composición metálica. En 1993 nuestra Fábrica introdujo como novedad en la moneda mundial la llamada imagen latente, con un efecto sobre el metal parecido al de un holograma. Desde 1989 se han emitido series conmemorativas, independientemente de las series destinadas a la circulación tanto en pesetas como en euros.

Sobre las vitrinas que exhiben las últimas pesetas se pueden ver ejemplares de las medallas deportivas realizadas por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre con ocasión de los Juegos Olímpicos celebrados en Barcelona en 1992.


Las medallas que exponemos en las salas 12, 13 y 14 son obras de arte, parecidas a las monedas en su forma, por lo general redonda, y en su composición, metálica. Se fabrican por fundición o por acuñación. En su concepción responden a las mismas tendencias que las otras artes plásticas de su época.

En la sala 12 pueden contemplar los modelos para los leones de la fuente de Cibeles, junto con otros modelos de la época.




En el centro de la sala 13, entre las dos hileras de escayolas, hay una prensa de volante. Estas máquinas servían para acuñar monedas y medallas. El mecanismo, como se puede ver es el de un tornillo que, al ser accionado con fuerza, produce el golpeo de los dos troqueles sobre el cospel, disco o pieza de metal situado entre ambos, imprimiéndolo o acuñándolo. Su silueta se ha convertido en el logo de nuestro Museo.

En la sala 14, dedicada a la medalla española de la segunda mitad del siglo XX, se exponen medallas y modelos de los sucesivos ganadores del Premio Tomás Francisco Prieto, convocado por la FNMT.


Artes Gráficas


A partir de la sala 15 salimos de un mundo exclusivo de metales, y entramos en un mundo de papel y tinta. Unas salas en las que se recogen piezas que en su día fueron objetos de producción en el campo de las Artes Gráficas.

Los audiovisuales informan sobre el papel y su fabricación y sobre los principales métodos de impresión. En el área expositiva hemos querido dar a conocer una pequeña parte de nuestra colección de grabados. El Museo posee un magnífico conjunto de grabados de los siglos XVI y XVII, continuada en el XVIII y hasta nuestros días.

La sala 16 está dedicada al papel sellado y la lotería y algunos otros juegos. El uso del papel sellado se introduce en el siglo XVII.

La sala 17 está dedicada al sello postal. Al fondo, un pequeño panel nos enseña las partes y elementos de un sello de correos, los formatos en que nos lo podemos encontrar y los usos que han recibido los sellos postales. La primera parte de la sala recoge la historia del franqueo en España, comenzando por las llamadas marcas postales utilizadas con anterioridad al sello y terminando con los más actuales. En los paneles se pueden ver reproducciones ampliadas y algunos de los elementos que intervienen en la producción del sello, como planchas y moletas.

El último expositor resume el proceso de elaboración de un pliego de sellos calcográficos, en sus fases de diseño, grabado de plancha, transferido a moleta, cilindro de impresión y pliego.


martes, 19 de noviembre de 2013

Visita a El Pardo - 13 de Noviembre de 2.013

Bueno gente, después de demasiados días sin editar nada, pasamos a la visita que hicimos a El Pardo, a su Palacio Real y a La Casita del Principe.

Dado que no hicimos demasiados fotografías, he recopilado algunas de la web, que unidas a las nuestras y algún montaje que hemos hecho, ha dado como resultado lo que sigue.

El texto lo he sacado de Wikipedia, que de forma provisional, estará en esta entrada hasta que se haga uno definitivo por nosotros.

Besos para tod@s.




Real Sitio de El Pardo

En el Monte de El Pardo, que se extiende al norte de Madrid con casi 16.000 hectáreas de bosque, está ubicado el Real Sitio del Pardo.

Desde la Edad Media, este monte que aún hoy conserva una gran riqueza ecológica, era utilizado por los reyes castellanos, y a través de los siglos, se desarrolló un pequeno núcleo urbano en el que destacan la Casita del Príncipe y los conventos de las Concepcionistas Franciscanas y el de los Capuchinos, fundado por Felipe III. En éste se conservan notables obras de arte como el Cristo Yacente, escultura de Gregorio Hernández o la Virgen de los Ángeles, de Francisco de Rizi.

Enrique IV, en la primera mitad del siglo XV hizo construir un pequeno castillo, que Carlos I reedificó en 1553, y quedó terminado en 1558, ya durante el reinado de Felipe II.

El Palacio de El Pardo heredó del castillo medieval su disposición general, con torres en los ángulos y rodeado por un foso.

De la decoración interior del Palacio, de época de Felipe II, se conserva un techo pintado por Gaspar Becerra, y de Felipe III las pinturas como las realizadas por Carducho y Cabrera.

La decoración interior del Palacio de El Pardo tiene como elemento protagonista los tapices, tejidos en la Real Fábrica de Madrid, según modelos de las composiciones pintadas por Bayeu, Castillo, y sobre todo por Goya, que para este Palacio efectuó cinco de sus series más conocidas. Entre las obras de arte conservadas destacan el Retrato de Isabel la Católica de Juan de Flandes y el Retrato de Don Juan José de Austria a caballo por Ribera, así como importantes piezas de mobiliario de los siglos XVIII y XIX. Desde el ano 1983 ha sido adecuado como residencia de Jefes de Estado extranjeros en visita oficial.







Entrada triunfal del grupo









Entramos al Palacio













Capilla

Una pequeña pose antes de ir a la Casita del Principe



Hasta  Siempre



La Casita de El Príncipe

Construida por Carlos IV y María Luisa de  Parma siendo Príncipes de Asturias como casa de campo y retiro particular, se concebió como pabellón sencillo con jardín donde pasar el día sin las formalidades de la etiqueta cortesana.

Juan de Villanueva fue el arquitecto encargado del proyecto. La construcción comenzó el 15 de febrero de 1784 y las obras avanzaron con gran rapidez completándose la edificación en un año. En esa fecha comenzó a amueblarse quedando concluidos los trabajos de decoración en 1788. Lo más valioso del edificio son las ricas colgaduras de seda de procedencia francesa y valenciana que decoran las salas, sin olvidar, el mobiliario y los relojes, piezas escogidas por los propios príncipes, así como sus magnificas lámparas de cristal de La Granja.


Vista desde la carretera

En la Puerta Principal













Y eso es todo amig@s